El pasado día 1 de febrero murió nuestra amiga Pilar Alférez Pinós (Barcelona 1952 – Palma de Mallorca 2011). Pilar fue durante muchos años una persona de referencia dentro del Centro Catalán de Luxemburgo. Persona comprometida con el mundo de la enseñanza, llegó a Luxemburgo para trabajar en el Parlamento Europeo. Rápidamente se integró dentro de las actividades del CCL como profesora de lengua catalana y en la Junta del Centro como responsable de los cursos. Desde la creación de la Federación Internacional de Entidades Catalanas (FIEC), también se ocupó de la Vocalía de Lengua con la que llevó a cabo una incansable actividad en todo el mundo.
Más allá de su actividad asociativa ha sido una persona que todos recordaremos siempre por su profunda generosidad humana, su carácter dulce y cercano y por el coraje con el que supo afrontar tanto la muerte de su hija Alba como la difícil y desigual lucha contra la enfermedad que finalmente le ha alejado de nosotros para siempre. Descanse en paz una persona buena y generosa.
Hace ya una semana que nos dejó la Pilar y aún cuando pienso me duele.
Cuando alguien se muere, cuando alguien nos deja, nos queda como un vacío. Como la mayoría de la gente, a mí me queda también como una sensación de vergüenza y la boca sin palabras. Quizás con ganas de hacer memoria… o buscando ideas para llenar el vacío.
Recuerdo la última vez que la vi. Vino a Luxemburgo de visita y Carles Fernández organizó una comida de domingo en su casa. Fue una comida distendido, sin tribulación ni angustia. Hablaremos de nuestras cosas y del mundo, como a menudo hacemos. En ningún momento traslucir la pesada carga que los demás éramos conscientes de que arrastraba.
siempre sencilla, siempre sereno, ahora que lo pienso; Mayo gente engrevida. Hablamos largamente de nuestras cosas y del mundo; de cómo continuaban las cosas por aquí. De ella sólo dijo que quería empezar a escribir, que quería hacer memoria, que quería dejar una especie de testigo de sus cosas y de cómo veía el mundo.
Oí decir a Manuel Vázquez Montalbán que algún día tendría que hacer una buena reflexión del porqué me esperar que alguien se muera para hablar bien. No creo que de Pilar nadie nunca hablara de otro modo ni en vida.
En guisa de testigo, dejo aquí estas palabras como un ramo de flores en su memoria.
Pilar, no te conocia desde hace demasiados años, pero las pocas veces que he ido a tu casa para echarte una mano con el ordenador me han bastado para saber lo buena persona que fuiste.
Como pone el comentario anterior, fuiste incansable luchadora.
La última vez que me llamaste por télefono por el mes de noviembre insinuabas una despedida…
Ya me extrañaba que no volvieras a llamar.
Hasta siempre amiga !!!
Hoy hace un año, Pilar.
Te echo de menos.
Te queremos
Te dejamos flores Pilar.
Te recordaremos siempre.